El programa Mujeres Emprendedoras es un proyecto que centro comercial Portales promueve en conjunto con Empresarios Juveniles, Citi y Unis.

Con el objetivo de brindar a las participantes una experiencia positiva, completa y formativa a través de una diversidad de herramientas, se lanza la tercera edición del programa Mujeres Emprendedoras al cual todas las mujeres guatemaltecas están invitadas a inscribirse. 

Las mujeres que participen en éste programa podrán adquirir aprendizajes e información relevante sobre temas como: elaboración de presupuesto familiar y del negocio, realización de planes de negocios, preparación de costos, administración de gastos, pago de impuestos, entre otros; con el propósito de brindarles toda la asesoría y acompañamiento que les permita construir su negocio y con ello mejorar la calidad de vida de su familia y su comunidad.

Las interesadas pueden formar parte del programa al presentarse en el kiosco de información ubicado en el primer nivel del centro comercial Portales, el cual está abierto a partir de las 10:00 a.m. de lunes a domingo a partir de la presente fecha. 

“En Portales constantemente buscamos impulsar el espíritu emprendedor y con el programa de Mujeres Emprendedoras motivamos a las mujeres a desarrollar sus capacidades, perseguir su sueño y con ello insertarse en la vida productiva del país como empresarias al realizarlo”- indicó María José Aragón, Gerente de Portales.

Año con año se han ido incrementando las participantes al programa de Mujeres Emprendedoras ya que en el 2014 se graduaron 90 mujeres, en el 2015 se recibió la inscripción de más de 100 mujeres y este año se espera superar las 100 participantes. 

En Guatemala y el mundo el 8 de marzo es una fecha muy importante, especialmente para las mujeres.  Las Naciones Unidas han puesto en la agenda del mundo el lema de Habilitar a la mujer campesina para terminar con el hambre y la pobreza.

Para la Campaña Alto al Hambre que está siendo impulsada por Visión Mundial en 13 países simultáneamente, significa también el reconocer el papel que juegan las mujeres rurales en las economías de nuestros países, así como de los desarrollados.

Nuestras mujeres apoyan al progreso agrícola, mejoran la seguridad alimentaria especialmente en las niñas y niños, así como su valioso aporte a reducir los niveles de pobreza en sus comunidades.  Sin embargo la desigualdad entre los géneros y el acceso limitado al crédito, la salud y la educación son las principales dificultades que afrontan las mujeres rurales.

Hoy queremos compartir con ustedes una historia que ilustra perfectamente de cómo las madres guatemaltecas, en igualdad de género, nos enseñan como se puede salir de la desnutrición.

Erika Peláez, es facilitadora y educadora en el tema de nutrición, del Programa de Desarrollo de Área “Tinamit Junam”, de Visión Mundial en San Juan Sacatepéquez; revisa cuidadosamente los elementos que utilizará para la clase de comida nutritiva que tendrá con un grupo de mamás en una de las comunidades que atiende.

En meses anteriores, durante el monitoreo que se realiza regularmente, se detectó que algunos niños y niñas de los programas de Visión Mundial, mostraban cuadros de desnutrición, aún en una etapa que no era necesario hospitalización, por lo que se implementó este tipo de capacitaciones para que las mamás puedan tener la oportunidad de aprende a preparar alimentos que ayuden a sus hijos a superar los niveles de desnutrición, con ingredientes sencillos y que no salgan del presupuesto familiar.

“Utilizando ingredientes como tortillas, queso y huevos se puede preparar un almuerzo con alto valor nutritivo y que les llama la atención a los niños para que coman bien”, explica Erika, mientras les indica a las señoras cómo se hacen las ‘quesadillas’.

Doña María, una de las mamás del grupo, nos cuenta que “en una de las clases, la Seño Erika nos dijo que podíamos agregarle Incaparina a los frijoles, para que le hicieran bien a los niños. Yo pensé que era algo que no nos iba a gustar, pero sí les gustó y creo que mi nene ahora está más sano”.

En estos talleres no sólo se aprende a cocinar, sino también comparten los alimentos preparados y se puede constatar que los niños y niñas consumen lo que se prepara, ya que también se cocina atol, para complementar la comida.